El Peronismo como toda oligarKía, tiene prácticas militares y no admite disensos ni fisuras en su repugnante autopercepción de que sus miembros son perfectos.

Todo lo que ellos hacen debe ser sublime, así sea venderse a Monsanto, a la Barrick, al FMI, así se rían de las leyes y de los toques de queda que impusieron al Pueblo con consecuencias letales. No importa nada, por que sintiéndose dueños de la vida y la muerte de las personas a las que mantenían en cautiverio, ellos tenían el privilegio de que nadie les toque sus ingresos y a estar de fiesta clandestina en Olivos si era necesario. Ellos se arrogarían el derecho de pernada si se los permitiéramos, por que están por encima de nosotres, les simples mortales.

El Presidente de la República y su tropa de alkahuetes están desesperados y es ahí cuando se vuelven peligrosos. Llaman a CFK (como le gusta que la llamen a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner) a ver si ella puede disciplinar al menos a la tropa genuflexa, que por esta burrada presidencial ha entrado en pánico, quedándose mudos, quizás por no saber cómo justificar lo ocurrido. Raro, verlos así a quienes por no cuestionar nada defendieron el gatillo fácil, la violencia policial y parapolicial, el cyberpatrullaje, la entrega al FMI y a los cerdos de China, la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro y de tantos otros en todo el país, y todos los vejámenes y atrocidades que tuvimos que soportar sirviendo a los caprichos presidenciales en pandemia.

El Peronismo y el sistema político ultrapresidencialista han inspirado a la Vicepresidenta de la Nación para dejar para siempre en claro su Doctrina Magna: los Presidentes y las Presidentas que sean de la facción propia tendrán inmunidad e impunidad ante todo y si alguien lo cuestiona se hará tronar el escarmiento. La Vicepresidenta pide orden, para imponerlo usarán el poder de la coacción y el terror de un Estado que les pertenece, siguiendo la máxima que les enseñara el General Juan Domingo Perón: “Al amigo, todo. Al enemigo, ni justicia”.

¿Hacer inauguraciones en campaña cuando a cualquiera se lo escracharía por tal bajeza? No. En el caso de Alberto está bien, por que es “del palo”. ¿Está mal encerrar a un país y burlarse de la gente y de las normas que les obligan a respetar? No, no está mal, está bien por que el Presidente de la Nación es “del palo”. Y el resto de les conciudadanes seremos solamente una variable de ajuste para servir a los que mandan, que a su vez son meros vasallos de los dueños del país y de las oligarKías extractivistas. Somos el otro, el culpable, el desagradecido por que a pesar de ellos y de sus criminales políticas aún seguimos vivos.

Los dueños del Estado están asustados, como nenes de mami les aterra hacerse cargo de que obraron de mala fe, con desprecio por el sacrificio del pueblo durante la cuarentena. Para esta gente somos meramente la escoria que está obligada a votarlos, a la que se le abre la puerta unos minutos para que los voten y les permitan seguir sirviéndose a cucharadas de los recursos que son de todos pero ellos sienten que ses su dinero. Ellos son los que mandan y te lo harán sentir, por las buenas o por las malas, no tienen un problema ético con ello ni con respetar la vida y las mínimas libertades de las personas. Para ellos el fin siempre justifica los medios.

Cuando estas oligarKías, que no son más que niños ricos con caprichos, se asustan, todo el pueblo debe pagar los platos rotos. Ellos ahí se hacen llamar Patria, aunque esta última no sea más que el Estado travestido y dispuesto a matar. Llegados a este punto, a la gran masa del Pueblo le queda someterse o ser el enemigo y para él, sabemos, no hay ni justicia.

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